jueves, 18 de noviembre de 2010

T. Q. M. (Sólo una ilusión)


Por un instante lo creí,
por un momento en que se abrieron
las cortinas y pudo entrar
la luz más pura y renovada.
Como nadie la había visto,
como primera luz de todas,
a propósito para el alma
con la fortuna concedida
de vislumbrar el infinito.
Después, abajo la mirada,
para seguir leyendo olvidos,
la soledad de un tiempo oscuro
que parece que ha nacido
en el silencio de los dioses.