miércoles, 5 de septiembre de 2012

Los negocios de la Madre Teresa



Se cumplen hoy 15 años del paso al Padre de la Madre Teresa de Calcuta, la santa de los más pobres de entre los pobres. Tengo entre mis manos un delicioso libro (1), donde se relatan un buen número de anécdotas, de alguien que tuvo la suerte de compartir con ella muchos momentos de su vida. Sería difícil quedarse con una sola. Todas ellas dan buena fe de la personalidad de alguien que entregó su vida a los más desfavorecidos. Sin embargo, nada se entendería en la Madre Teresa sin una faceta clave de su personalidad: su pertenencia por completo a Jesús. En una de las pocas declaraciones sobre sí misma, dijo lo siguiente: "Soy albanesa de nacimiento. Soy de nacionalidad india. Soy monja católica. Por lo que hago, pertenezco al mundo entero, pero mi corazón pertenece por completo a Jesús". Un Jesús que tomaba carne en los más pobres de entre los pobres. Una mañana se encontraba acompañada por el autor del libro y vieron sobre la acera a cientos o miles de personas que habían pasado la noche en la calle y se encontraban allí acostadas en largas filas. La Madre Teresa dijo:
-Mire, padre; ahí está Jesús esperando que lo amemos.

La más alta teología explicada con una sencilla frase. Y en otra ocasión, cuando se dirigían a una aldea de leprosos, viendo que su acompañante se encontraba nervioso, le dijo:
-Padre, lo que se va a encontrar es a Jesús con el repugnante disfraz de más pobre de entre los pobres. Nuestra visita va a llevar alegría, porque la pobreza más terrible es la soledad y el sentimiento de no ser amado. La peor enfermedad de hoy en día no es la lepra ni la tuberculosis, sino el sentimiento de no ser querido.

Otro día, hablando con un empresario indio que quería entregarle un donativo, y tras ver la tarjeta de visita que le había dado para que viera cuáles eran sus negocios, la Madre Teresa sintió también la necesidad de tener una tarjeta propia que explicara cuáles eran los suyos. Nació así el siguiente texto que resume una vida entregada a la oración y al servicio del prójimo:
El fruto del silencio es la oración.
El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.
El fruto del servicio es la paz.

Y en la parte de atrás añadió:

María, Madre de Jesús, sé ahora una Madre para mí.
Éstos eran los "negocios" a los que dedicó su vida la Madre Teresa. Unos negocios en los que todos deberíamos estar interesados en invertir una buena parte de nuestro capital.

 
(1) La Madre Teresa de Calcuta. Un retrato personal. Leo Maasburg. Ediciones Palabra. Madrid 2012.