domingo, 3 de mayo de 2009

Madre

Madre. Una palabra que en sí ya es toda una plegaria, un canto al universo, a la creación, a lo más sagrado de cada uno. Es decir madre y es volver los ojos al altar más íntimo de cada uno, al templo de nuestra infancia, al pan de cada día. Tantas horas de desvelos, de cuidados a cambio de nada, de heridas que sanaban con su sola presencia, han hecho brotar el auténtico rosal, aquel que ya nunca se marchitará por más otoños que pasen. Madre. La de cada uno, la del zurcido a nuestras diabluras, la de la espera a nuestro olvido. Madre. En cuyos latidos hallamos lugar seguro, en cuyos ojos el cielo brillará siempre limpio. Madre. La que habita siempre en nuestro nombre.

Felicidades a todas las madres.

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