sábado, 21 de noviembre de 2009

Una mirada de cine


Sólo un tipo duro como Humphrey podía haber resistido ese fuego del cielo. No me extraña que en su primer trabajo juntos, “Tener y no tener” (1944), quedara prendido de ella y se casaran al año siguiente. Hace unos días, Betty Joan Perske recibió el Oscar honorífico por su carrera cinematográfica. Seguro que este nombre no les dice nada, pero si escribo Lauren Bacall, seguro que caen en la cuenta. O “The Look”, La Mirada, tal como era conocida por la intensidad de la misma.

Esto de los Oscar, como casi todos los premios, tiene a veces sus injusticias, sus lagunas inmensas, y la no concesión de este premio a Lauren Bacall era una de ellas. Claro, que tampoco se lo concedieron a Alfred Hitchcock (sí, han leído bien), ni a Howard Hawks (el de “La fiera de mi niña” y otro buen puñado de obras maestras), ni a Cary Grant como mejor actor, y se tuvieron que conformar con el honorario. Y a un maduro John Wayne, cuando después de viajar en “La Diligencia” para defenderla de los indios o de recorrerse medio Monument Valley en busca de Natalie Wood en “Centauros del desierto”, al fin se lo concedieron por “Valor de ley”, película en la que aparecía con un parche en un ojo, no se le ocurrió otra cosa que exclamar: “Si lo llego a saber, me lo pongo antes”. Comprensible su respuesta.

Lauren Bacall sólo estuvo nominada una vez, como mejor actriz secundaria, por “El amor tiene dos caras” (1996); hubiera tenido narices (las de Barbra Streisand, su hija en la película) que se lo hubieran concedido por esta interpretación. Bienvenida sea, por tanto, esta concesión del Oscar, aunque haya tenido que esperar unos cuantos años y se le haya concedido casi por la puerta de atrás, en una ceremonia que por primera vez se desgaja de la gala de la Academia de Hollywood. Títulos como “El sueño eterno”, “Cayo Largo”, “Cómo casarse con un millonario”, “Escrito sobre el viento” o “Mi desconfiada esposa” brillan con luz propia en el universo cinematográfico; y, en cada uno de ellos, una mirada que traspasa las pantallas, que te desarma y te fulmina hasta casi disolverte en el éter: Lauren Bacall, The Look, La Mirada.

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